Es probable que no haya ningún consejo que repita más que la lectura en voz alta. Ante construcciones dudosas, momentos incómodos, lecturas farragosas que no encuentran la falla, lo que surja, y especialmente tras múltiples reescrituras, siempre hay que comenzar por leer en voz alta, como si se tratara de algo ajeno o de un objeto lejano; a fin de cuentas, perseguir en todo momento la mirada distante de uno mismo.
Pero no desde la intelectualidad o la abstracción, como un ejercicio psicológico; por el contrario, la lectura en voz alta transforma ese texto propio e íntimo en algo que está afuera, en sí. Ya no es lo que imagino cuando leo hacia dentro, con todas las trampas que me hago, con los olvidos, las alteraciones, incluso con palabras que no puse o que saqué en alguna modificación; la lectura en voz alta me obliga de otra manera a escuchar ese texto como es y a enfrentarme, por lo tanto, con qué es lo que efectivamente estoy haciendo, con la música real de lo escrito, tanto más cercana a lo que leerá el lector que llegue detrás.
Esta práctica ofrece a su vez una sustancial mejora de la puntuación. Acerca de la ortografía hay mucho dicho; acerca de la puntuación, otro tanto: que debe respetar la respiración, que la gramática es obsoleta, que si hablo así, que a mí me gusta así. Y todo es más que válido e interesante porque, a fin de cuentas, la gramática acompaña al hablante y no al revés. Pero no por ello todo es lícito o recomendable, máxime cuando las reglas son universales y la percepción, subjetiva. Puntuar, por lo demás, nos cuenta acerca de nuestras propias estructuras y estrategias —usualmente ocultas para nosotros mismos—.
Distancia, conciencia y ortografía. Y por qué no también humildad: leernos nos expone, aun cuando no haya nadie más en el cuarto. El texto que suena tiene una entidad en sí mismo y tal vez esta sea una entidad mucho más cercana a aquello que el otro percibirá, por eso es tan importante leerse a uno mismo, para saber mejor, a fin de cuentas, quién está siendo uno mismo en ese texto escrito.
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